Es un tratamiento térmico que se usa para aumentar la resistencia mecánica del vidrio. Consiste en calentar uniformemente el vidrio a una temperatura superior a los 650ºC para someterlo a un enfriamiento brusco haciendo incidir sobre su superficie multitud de chorros de aire frío.
El templado hace del vidrio un producto de seguridad, puesto que, en caso de rotura, los trozos son muy pequeños y los riesgos de producir accidentes son prácticamente nulos. Nuestros hornos con un avanzado sistema horizontal pueden templar cristales de hasta 19mm de espesor y una medida máxima de 5.1×2.6m.